jueves, 18 de enero de 2018
CAPITULO 53
¡Bueno! ¡Un problema resuelto! Ahora sólo le quedaba conquistar a esa mujer que en esos instantes parecía estar muy furiosa con sus actos, aunque al parecer no lo bastante, ya que a su ordenador llegaron unos cuantos e-mails suyos.
El primero le informaba de que la página web había sido eliminada; el segundo, de que tenía una invitación a un importante acto en el que sin duda querría participar; el tercero y último de parte de Paula, le notificaba que había sido apuntado a una importante reunión. Un cuarto correo consistía en un agradecimiento por confirmar su asistencia perteneciente a los organizadores de dicha reunión y decía así:
Gracias por confirmar su asistencia a la duodécima reunión de hombres con pene pequeño. Esperamos con ansia su participación.
Pedro rio ante la ocurrente venganza de esa mujer. Luego le mandó un correo que la hiciera perder esa compostura de la que tanto se enorgullecía.
Si lo que querías era volver a ver a mi amiguito y comprobar su tamaño, no te hacía falta hacer eso para llamar su atención. Él siempre te espera dispuesto a todo. Eso sí, fuera la manicura francesa, cielo. No sé si esta vez mi espalda podría aguantar tus salvajes caricias.
Pedro esperó impaciente la respuesta de su agresiva gatita a lo largo de la mañana, respuesta que no se hizo de rogar: en cuanto Pedro salió de su despacho, Paula le mostró un tanto arisca sus largas y afiladas uñas. Y la de un insultante dedo en particular.
¡Qué pena que eso tan sólo lo excitara más a la hora de tratar de atrapar a tan salvaje mujer que lo volvía loco con cada uno de sus actos, y a la que no estaba dispuesto a dejar marchar ni por todo el oro del mundo, incluido el que parecía ofrecer su adinerada y excéntrica tía!
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